miércoles, 10 de octubre de 2007

Los astros y la mitología



Los arquetipos o energías esenciales contenidas en el simbolismo de los planetas se expresan con distintos nombres y se relaciona con distintas deidades en las diversas culturas. Veamos esto tomando en cuenta los significados mitológicos de Mercurio, Venus y Marte.

Mercurio (mitología romana) o Hermes (griega) es el mensajero de los dioses, el comunicador, el dios de los caminos, el que conecta a los hombres con dios. Esta es una energía que expresa muy bien la dualidad del universo.

Venus (mitología romana) o Afrodita (griega) es la diosa del amor, la que seduce con sus encantos, representa la sensualidad femenina, la coquetería, la dulzura, y también se asocia con la sensación de abundancia y prosperidad.

Marte (mitología romana) o Ares (griega), es el dios de la guerra, el que representa la masculinidad, el arrojo, el coraje, el instinto, la energía sexual, la acción incontenible, todo lo relacionado con la fuerza física.

LA VISIÓN YORUBA

En la mitología yoruba, Mercurio puede relacionarse con Eleguá, el orisha (santo) encargado de abrir y cerrar las puertas, los caminos, es el guardián del universo; esta mitología señala que antes que pedir cualquier cosa a otro orisha, hay que hacerle la petición a Eleguá para que dé la entrada, para que abra el camino, de manera que todo ritual yoruba comienza primero con un tributo a esta deidad.

La mitología o religión yoruba combina lo devocional con lo práctico y cotidiano, por eso los creyentes realizan rituales para hacer sus peticiones concretas.

En la mitología yoruba, la energía de Venus está contenida en Oshun, la orisha que rige los ríos, la coqueta y sensual a la que los humanos le piden resuelva sus asuntos amorosos.

Marte puede relacionarse con uno de los orishas más populares en Venezuela, como es Changó (a quien lo relacionan con Santa Bárbara) y a él se le hacen ofrendas para salir victoriosos en cualquier meta, para vencer a los rivales, y también para incrementar la energía sexual y la capacidad de “conquistar” al sexo opuesto.

LA ÓPTICA HINDÚ

Ahora veamos la visión que estos arquetipos planetarios tienen en la cultura hinduista. Allí, la energía planetaria se relaciona más a búsquedas internas, pues ellos tienen una concepción más contemplativa, en donde el crecimiento interno y la supresión de deseos mundanos es una meta a seguir para llegar a la unión con Dios, y por eso, la Yoga (Unión) es justamente la base práctica de su actividad devocional.

La energía de Mercurio podría relacionarse con Sarasvati, la diosa del conocimiento, justamente una de las funciones mercuriales. Venus, por su parte, bien podría relacionarse con Lakshmi, la diosa de la belleza y la abundancia.

Krisna concuerda con los valores de Marte, el guerrero, y así lo podemos percibir al leer el Bhagavad-Gita, donde Krisna incita a Arjuna al combate, a la guerra, a luchar por lo que cree justo.

QABALAH HEBREA

Finalmente, la cultura hebrea nos trae el sistema de la Qabalah, que también se conecta con estas energías arquetipales y ha desarrollado un método para realizar un trabajo práctico de meditación, para alcanzar la nivelación o equilibrio entre las distintas energías, y lograr la evolución espiritual.

La Qabalah se expresa a través del llamado Árbol de la Vida, en donde está representada la creación en su totalidad, y también a través de las cartas del Tarot, que son imágenes que representan a las letras sagradas hebreas. Debido a las persecuciones religiosas, esas letras hebreas que formaban palabras sagradas, fueron llevadas al lenguaje simbólico del Tarot.

No se trata del Tarot como comúnmente lo conocemos para “echar las cartas” y adivinar el futuro, se trata de meditar con cada carta, observarla por un determinado tiempo, para lograr un efecto en nuestra psique que nos hace evolucionar. Cada carta se asocia también con un arquetipo planetario.

Mercurio es el arcano I, El Mago, en donde vemos una figura con una mano hacia el cielo y otra hacia la tierra, dando justamente la visión del mensajero de los dioses, que conecta la energía mundana con la divina. Al meditar con este arcano, se logra desarrollar el poder de la atención, para poder ver las cosas como realmente son.

Venus se asocia al arcano III, La Emperatriz, y meditando con esta carta desarrollamos otro de los aspectos que forman parte de las características de Venus: la creatividad, la imaginación creadora, no la fantasía, sino la imaginación que nos permite visualizar algo que queremos, y lograr que se haga realidad.

Marte se relaciona con el arcano XVI, La Torre, que nos mueve a actuar de manera urgente y decidida para producir los cambios que necesitamos. Meditando con esta carta nos atreveremos a actuar.

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