El lunes 21 de diciembre, a las 2:22 de la tarde, hora de
Venezuela (18:22 hora universal), se producirá de manera exacta (“partil” en el
lenguaje astrológico), la gran conjunción de Júpiter y Saturno en el signo de
Acuario.
Estos
dos astros coinciden y hacen “conjunción” cada 20 años, marcando ciclos de gran
importancia para la humanidad, pues bajo esta configuración astrológica se
desarrollan procesos de reestructuración política, institucional, legal y
social en el mundo entero.
Las energías de
esta conjunción son propicias para promulgar nuevas constituciones nacionales, formar
nuevos países, realizar reformas a fondo de legislaciones, constituir nuevas
organizaciones políticas, renovar sistemas de gobierno y estructuras sociales,
entre otras cosas. Júpiter encarna el principio, la idea, el concepto, y
Saturno le da concreción, estructura.
Aunque el ciclo
entre estos dos astros es de 20 años, en esta ocasión, tendrá características muy
especiales e inéditas.
En primer lugar,
resulta bastante curioso el hecho de que ambos astros empiecen a unirse a
finales del signo dc Capricornio, para después pasar casi simultáneamente a
Acuario. Veamos esto.
Saturno entrará a
Acuario el jueves 17 de diciembre a la 1:04 de la madrugada, hora venezolana (05:04 hora universal), y luego lo hará
Júpiter el sábado 19 de diciembre a las 9:08 de la mañana, hora de Venezuela
(13:08 hora universal), y ambos se acoplarán en perfecta conjunción en el grado
cero acuariano el lunes 21 de diciembre.
La forma como se
produce esta conjunción traerá efectos fuera de lo común, pues los primeros
días de esta semana entrante (14, 15, 16 de diciembre) estará activada en el
último grado de Capricornio, y desde el 17 al 19, la energía de dicha
conjunción vivirá un cambio que resulta contrastante, pues pasará de un signo
de tierra que busca generar y mantener estructuras, a un signo de aire que
rompe con moldes y esquemas rígidos.
Por tanto, en esta semana que va del 14 al 21 de diciembre,
viviremos un proceso de cambio
energético muy interesante, y que rara vez se da en forma simultánea entre dos
planetas lentos y que marcan influencias de carácter social y político; es como
el anuncio, una señal, de un vuelco que puede darse en cualquier momento y en
forma sorpresiva, y que puede traer una ola renovadora de grandes alcances a
nivel mundial.
En segundo lugar,
es muy importante que esta conjunción se dé en el signo de Acuario, porque esta
franja zodiacal está ligada a energías de modernidad, vanguardia, renovación,
humanismo, fraternidad y sabiduría.
Se menciona que
esta conjunción anuncia la llegada de la “nueva era”, y esto hay que explicarlo
bien para no caer en clichés o interpretaciones fantasiosas del tipo “come-flor”.
El término “nueva
era” se basa en un fenómeno astronómico y astrológico, en el que en períodos de
2000 años aproximadamente, el inicio del zodíaco (llamado punto vernal) coincide
con una determinada constelación; al estar próximos a que este punto culmine su
paso por la constelación de Piscis y empiece su recorrido por la de Acuario (es
decir, la nueva era astrológica), la conjunción de Júpiter y Saturno en la
franja zodiacal acuariana (ojo, no en la constelación, sino en el signo) es
algo así como un preámbulo, una puerta de entrada hacia esa “nueva era”.
Las eras
astrológicas marcan grandes períodos históricos, sociales y espirituales en la
historia de la humanidad; las constelaciones (grupos de estrellas) marcan esas
grandes tendencias, y los signos nos conectan en cambio, con lo cotidiano, el
día a día, por eso, la conjunción de Júpiter y Saturno en el signo de Acuario,
puede ser esa conexión para el inicio concreto en el corto plazo, de los
primeros tiempos de esa “nueva era”.
Además, hay que
tomar en cuenta el hecho de que la conjunción de ambos astros en Acuario es
algo inédito en estos tiempos, ya que desde hace siglos, no coinciden estos dos
planetas en la zona acuariana; remontándonos hasta los cuatro últimos siglos,
las conjunciones han ocurrido en Aries, Leo Sagitario, Tauro, Virgo,
Capricornio y Libra.
Esto quiere decir,
que no tenemos referencias históricas modernas para analizar los efectos de la
conjunción acuariana, y si a eso le agregamos las características de este signo
que mueve a hechos sorpresivos y tiende a romper esquemas, pues, hay que
prepararse para la aventura de lo desconocido.
El tercer punto por
el que esta conjunción tiene características muy especiales, es porque en esta
ocasión la alineación de ambos astros será mayor que en otras ocasiones, y como
han dicho los astrónomos, esto es algo que ocurre cada 800 años, por tanto, la
expectativa que ha generado esta gran conjunción es enorme.
Han mencionado la
probabilidad de que este fenómeno de cercanía de estos dos astros, que se
podrán ver a simple vista casi que como una estrella grande y luminosa, sea el
mismo que pudo ser avistado por los Reyes Magos, y que fue conocido como la “estrella
de Belén”, la que marcó el camino y dio la señal para que estos legendarios
astrólogos pudieran llegar al lugar donde había nacido Jesús, el hijo de Dios,
el Mesías.
Llama la atención
que los tiempos bíblicos coinciden con los tiempos astrológicos de 2000 años
aproximadamente. De Adán a Abraham, 2000 años; de Abraham a Jesús, 2000 años, y
desde Jesús hasta este momento, otros 2000, con la expectativa bíblica de una
segunda venida de Cristo.
Esta segunda venida
que anuncia la Biblia, no tiene fecha exacta; sólo Él sabe cuándo volverá a
este mundo, y será de sorpresa, pero los tiempos coinciden, y la Biblia nos
habla de señales para estar atentos y preparados… ¿Es esta nueva “estrella de
Belén” una señal?
Y en cuarto lugar,
y para seguir con las asombrosas coincidencias celestes, el 21 de diciembre,
día de la gran conjunción de Júpiter y
Saturno, entra el Sol a Capricornio (horas antes del momento exacto de la
conjunción) y se produce el solsticio de invierno; eso ocurrirá a las 6:03 de
la mañana, hora venezolana (10:03 hora universal).
El solsticio de
invierno ha sido asociado simbólicamente al nacimiento de Jesús, a la Navidad,
por lo que la coincidencia de esta fecha con el mayor brillo de esta conjunción
que se presume fue el mismo fenómeno conocido como la “estrella de Belén”,
puede ser una señal más para tomar en cuenta.
Y finalmente, esta
gran conjunción ocurre en momentos muy especiales y convulsos en toda la
humanidad, tanto por la pandemia como por los hechos políticos, económicos y
sociales que vive el mundo entero, algo que nos marcó en el 2020 y que nos ha
hecho vivir tiempos inauditos, por eso, esta gran conjunción, por su
significado astrológico, y en un signo como Acuario, despierta grandes
expectativas de cambio y renovación.
Estamos convencidos
de que estas coincidencias no son “casualidad”; los astros son el alfabeto
celeste que utiliza nuestro Creador para que podamos interpretar sus señales;
ellos generan campos de energía que el ser humano puede recibir y utilizar de acuerdo
a su libre albedrío; podemos cada quien poner nuestro grano de arena para
aprovechar esta influencia renovadora y que lo nuevo que está por venir sea
mejor que lo actual.
Júpiter en Acuario
representa el ideal acuariano: concebir ideas vanguardistas, conceptos
renovadores, visualizar el futuro, inventar, adelantarse al tiempo; es como
cuando Julio Verne imaginó el viaje a la Luna en una época en que eso no era
más que fantasía.
Saturno en Acuario
favorece la concreción de esos ideales acuarianos: propicia las tecnologías
modernas, le da estructura práctica a las ideas vanguardistas, logra que
aquello que parecía fantasioso (como el viaje a la Luna o las computadoras, por
ejemplo) se haga realidad. Genios como Steve Jobs, van acorde con esta energía.
Y si ambos, Júpiter
y Saturno, coinciden en Acuario, el momento será único para que la humanidad de
un gran salto hacia adelante. Que todo sea para mejor y en sincronía con el
plan de Dios para nuestras vidas.
Ilustración: Pedro González Rondón
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