Al abordar la
consulta astrológica lo hacemos bajo la óptica que nos deja la máxima hermética:
“Como es arriba, es abajo”, es decir, macrocosmos y microcosmos, universo y ser
humano, tienen plena correspondencia.
Como enseña
Deepak Chopra en su libro “Las siete leyes espirituales del éxito”, no hay
separación real entre todas las cosas que nos rodean, incluyendo nuestros
cuerpos; existen diferentes vibraciones, unas más densas, otras más etéreas no
visibles al ojo humano, pero somos un todo integrado.
Así como cada
planeta tiene su correspondencia en un metal o una piedra o color, generando el
principio mediante el cual de acuerdo a las aspectaciones planetarias se pueden
realizar talismanes o magnetizaciones, de igual modo los planetas tienen su
correspondencia con cada uno de nuestros puntos de energía o “chakras” que a su
vez se corresponden con cada una de las glándulas endocrinas.
De tal forma,
nuestro cuerpo puede convertirse en el más importante talismán; nosotros mismos
podemos lograr la transmutación y materializar nuestros deseos sin la necesidad
de acudir a objetos externos a nuestro propio cuerpo, podemos lograrlo desde
adentro, armonizándonos con el cosmos y abriéndonos para recibir sus
influencias.
Lo que está
en la carta es nuestro “karma”, no en el sentido negativo que se le da
popularmente, sino en el sentido de que es lo que traemos a este mundo para ser
realizado. Y si la carta nos marca un camino, entonces, ¿Dónde dejamos al libre
albedrío? Aquí entra la gran ayuda que presta el astrólogo: la carta astral nos
da diferentes caminos y el astrólogo da la orientación sobre el camino a seguir,
mostrando al consultante sus posibilidades. El libre albedrío está en
poder elegir el camino adecuado dentro de lo que potencialmente poseemos.
El “karma” es
emocional, muchas veces nuestros actos son dominados por las emociones, porque éstas
se producen de forma mucho más rápida que el razonamiento. Pero el trabajo de
crecimiento consiste en aprender a dominar las emociones, y logrando esto
podemos trascender nuestros aspectos más difíciles.
Pongamos un
ejemplo: una persona sufre de miedo escénico, pero se atreve a exponer una
conferencia ante un auditorio; el “karma emocional” lo ha podido trascender a
través de un hecho práctico: atreverse a hablar. Y no es que no siga sintiendo
el miedo escénico, pero lo controla y no deja que lo paralice, de eso se trata
el trascender nuestro “karma”.
La carta astral
nos da tendencias, pero no podemos medir a través de ellas el grado de evolución
espiritual de una persona, es imprescindible conocer al consultante, conversar
con él, para poder interpretar correctamente la carta astral. El punto de la
mente donde la influencia astral no puede llegar, es el punto de evolución.
Uno de los más
reconocidos astrólogos del mundo, Dane Rudhyar, al referirse a la forma de
abordar la consulta astrológica, señala que hay quienes asumen esta tarea cual “milagreros”,
que sólo muestran interés en anunciar lo que va a suceder, mientras que él se
inclina por ser un orientador que asume la astrología como una forma de educación,
para hacer que el consultante aprenda a ser objetivo con respecto a su vida y
tome conciencia de los ritmos básicos de su existencia como persona individual.
Señala Rudhyar
que si bien la astrología marca tendencias, no puede predecir los precisos
acontecimientos futuros de la vida de un individuo, y si pudiera hacerlo, sería
pernicioso y destructivo para la integridad de la persona.
Y agrega: “La
astrología le dice a usted lo que puede concretarse, no lo que ocurrirá
realmente, pero justamente, porque puede revelar el orden estructural inherente
al “yo” de un individuo, puede educar a éste para que afronte su vida cotidiana
con orden y objetividad, es decir, en términos de su potencial y su naturaleza
fundamental”.
Por su parte,
otro reconocido astrólogo, Nicholas Devore, se refiere a un aspecto de la
astrología que él denomina “psicología cósmica”, y la define de la siguiente
manera: “Es la ciencia del diagnóstico por la que el desajuste del individuo
para con la vida, puede tratarse mediante un pensamiento correctivo”.
Añade Devore que
la psicología cósmica no se relaciona con la predicción, sino que trata las
reacciones desarrolladas en el individuo en virtud de su crecimiento y
desarrollo durante su primer día de vida, a través de la ley de adaptabilidad a
las frecuencias de rayos cósmicos, presentes en el campo magnético de la
Tierra.
La astrología
establece relaciones entre
lo que sucede en el cielo y lo que acontece en la vida cotidiana de los
seres humanos. En ningún momento los planetas obligan al ser
humano a hacer tal o cual cosa, sólo le hablarán de tendencias o
inclinaciones.
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Ilustración: Pedro González
Rondón
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