Simón Bolívar no nació en realidad el 24 de
julio, pues tal y como consta en documentos sobre su nacimiento, vino al mundo
el 25 de julio de 1783 en horas de la madrugada.
La carta astral de Simón Bolívar nos indica
que su temperamento estuvo notoriamente marcado por los elementos fuego y aire,
ya que su signo solar es Leo y su ascendente Géminis. El Padre de la Patria era
un volcán de impulsos, pasión, osadía y acción, que son las características del
fuego, aunadas al idealismo e intelectualidad del aire.
Los elementos fuego y aire representan todas
estas cualidades antes mencionadas; Leo (fuego) le dio a Bolívar deseos y
voluntad, liderazgo, organización, y Géminis (aire), la elocuencia, el brillo
intelectual, la vivacidad y nerviosidad que le fueron características. Esta
mezcla Leo‑Géminis provocó el verbo encendido y pasional que aún hoy día
sentimos al leer o escuchar sus discursos, sus escritos.
Por otra parte, Marte, el Dios de la Guerra,
se encontraba en la carta de Bolívar nada más y nada menos que en Aries, su
casa natural, dándole empuje, energía, agresividad, atrevimiento, impulsividad,
osadía. La ubicación de Saturno en el signo de Capricornio le dio resistencia
ante las duras dificultades que atravesó para llegar a la cumbre de sus metas.
La oposición del Sol y Júpiter en la carta de
Bolívar, provocó un espíritu idealista y con tendencia al mando, no obstante,
como ésta es una posición de tensión en la que la fuerza solar es más fuerte
que la jupiteriana, provocó que esta capacidad de mando se tornara en una
personalidad muy fuerte, a veces despótica o en todo caso muy autoritaria.
La capacidad de mando de Bolívar se
presentaba un tanto deteriorada por la mala ubicación de Júpiter en
Capricornio, y es por esto que su temperamento muchas veces produjo conjuras y
rebeliones entre sus subordinados, que en ocasiones acabaron de manera drástica
con decisiones crueles, típicas de la cuadratura que El Libertador tenía entre
Saturno y Marte, aunque esta configuración astral también le ayudó a ser un
excelente estratega militar.
En materia de afectos, Bolívar no era muy
demostrativo, Venus en el signo de Virgo le hacía reprimir la expresión de los
sentimientos y lo mostraba como una persona seca, y su manera de demostrar amor
era siendo servicial, más que cariñoso, además de que analizaba mucho sus
afectos y en ese sentido era muy exigente y quisquilloso. No obstante, en el
plano sexual sí era muy demostrativo y pasional, como lo indica Marte en Aries.
Bolívar, tal y como lo revela su Luna en
Géminis, era de carácter fluctuante, muy inquieto, no soportaba la rutina, y
bastante susceptible e irritable, además de que para sentirse bien, tenía que
saciar su curiosidad. Necesitaba de gente a su alrededor, aunque en su fuero
interno era un solitario.
Venus en cuadratura con su Luna denota una
emotividad fluctuante, tensa, con cierta incapacidad para profundizar en las
relaciones afectivas aun cuando tuviese capacidad para entablar relaciones con
muchas personas.
Saturno es un planeta muy fuerte en la casa
de Bolívar, es el astro de las pruebas duras, los grandes tropiezos, la
resistencia a toda prueba, asimismo, este planeta lo llevó a pasar sus últimos
días en soledad. La oposición saturnina con Urano en el signo de Cáncer nos
habla de las terribles y abruptas pérdidas que vivió Bolívar en materia de
hogar, y nos señala que si bien era una persona metódica, estructurada,
organizada, a su vez tenía arranques intempestivos que lo hacían actuar de
manera anárquica, caprichosa, por impulsos repentinos, que lo hacían quebrantar
su propia disciplina. Tenía un aire melancólico y necesitaba encerrarse en sí
mismo frecuentemente.
La conjunción de Urano y Mercurio dio a un
ser genial, visionario, creativo, con un gran sentido de lo que es la libertad,
aunque por estar en Cáncer tenía quizás que luchar un tanto con el apego a lo
tradicional, además de que la oposición de estos dos astros con Saturno
encaminaba esta capacidad intelectual hacia el ámbito de la política, el poder
y la disciplina, y le permitía estructurar en algo concreto todas esas ideas
visionarias, y que fue justamente, la liberación de varios países
latinoamericanos.
Saturno también está en cuadratura con
Neptuno en Libra, provocando una lucha entre los sueños y la realidad; a veces
El Libertador podía tender a idealizaciones, a perderse en sueños utópicos, no
obstante, Saturno lo devolvió con frecuencia a la realidad. Este aspecto lo
hacía evadirse a veces de las obligaciones, a las que volvía de nuevo por su
sentido de responsabilidad. Tendía a ser muy entregado a sus ideas, en
ocasiones dogmático y fanático de sus ideales.
Plutón tiene también gran importancia en el
tema natal del Libertador. El planeta de la transmutación, de las grandes
transformaciones, se hallaba en Acuario al nacer Bolívar, dándole toda la
fuerza interna para emprender no sólo los cambios que en su ser interno sufrió
luego de vivir sus tragedias familiares, sino para acometer las grandes
transformaciones que concibió para este país y buena parte de Latinoamérica. La
influencia plutoniana ocasionó situaciones extremas en su vida, de apoyos y
rechazos, de alcanzar el poder absoluto y luego perder el control y ser
rechazado en su propio país.
Plutón, en armoniosa relación con la Luna y
Neptuno, volcó toda la fuerza interna, emotividad, pasión y los sueños de
Bolívar hacia la gran tarea libertaria, hacia la destrucción de un estado de
cosas para un renacer de naciones libres. La intensa y profunda fuerza
plutoniana fue la que dio a Bolívar el empuje definitivo para la gran empresa
de la libertad latinoamericana; la relación Plutón‑Luna‑Neptuno lo dotó de
cualidades extrasensoriales, una gran intuición, sensibilidad, y muy
probablemente este aspecto fue lo que ocasionó que Bolívar fuera capaz de tener
su ""delirio sobre el Chimborazo'' e ideara la utopía de La Gran
Colombia.