domingo, 25 de julio de 2021

Bolívar, pasión de fuego y elocuencia de aire

 


Simón Bolívar no nació en realidad el 24 de julio, pues tal y como consta en documentos sobre su nacimiento, vino al mundo el 25 de julio de 1783 en horas de la madrugada.

 

La carta astral de Simón Bolívar nos indica que su temperamento estuvo notoriamente marcado por los elementos fuego y aire, ya que su signo solar es Leo y su ascendente Géminis. El Padre de la Patria era un volcán de impulsos, pasión, osadía y acción, que son las características del fuego, aunadas al idealismo e intelectualidad del aire.

 

Los elementos fuego y aire representan todas estas cualidades antes mencionadas; Leo (fuego) le dio a Bolívar deseos y voluntad, liderazgo, organización, y Géminis (aire), la elocuencia, el brillo intelectual, la vivacidad y nerviosidad que le fueron características. Esta mezcla Leo‑Géminis provocó el verbo encendido y pasional que aún hoy día sentimos al leer o escuchar sus discursos, sus escritos.

 

Por otra parte, Marte, el Dios de la Guerra, se encontraba en la carta de Bolívar nada más y nada menos que en Aries, su casa natural, dándole empuje, energía, agresividad, atrevimiento, impulsividad, osadía. La ubicación de Saturno en el signo de Capricornio le dio resistencia ante las duras dificultades que atravesó para llegar a la cumbre de sus metas.

 

La oposición del Sol y Júpiter en la carta de Bolívar, provocó un espíritu idealista y con tendencia al mando, no obstante, como ésta es una posición de tensión en la que la fuerza solar es más fuerte que la jupiteriana, provocó que esta capacidad de mando se tornara en una personalidad muy fuerte, a veces despótica o en todo caso muy autoritaria.

 

La capacidad de mando de Bolívar se presentaba un tanto deteriorada por la mala ubicación de Júpiter en Capricornio, y es por esto que su temperamento muchas veces produjo conjuras y rebeliones entre sus subordinados, que en ocasiones acabaron de manera drástica con decisiones crueles, típicas de la cuadratura que El Libertador tenía entre Saturno y Marte, aunque esta configuración astral también le ayudó a ser un excelente estratega militar.

 

En materia de afectos, Bolívar no era muy demostrativo, Venus en el signo de Virgo le hacía reprimir la expresión de los sentimientos y lo mostraba como una persona seca, y su manera de demostrar amor era siendo servicial, más que cariñoso, además de que analizaba mucho sus afectos y en ese sentido era muy exigente y quisquilloso. No obstante, en el plano sexual sí era muy demostrativo y pasional, como lo indica Marte en Aries.

 

Bolívar, tal y como lo revela su Luna en Géminis, era de carácter fluctuante, muy inquieto, no soportaba la rutina, y bastante susceptible e irritable, además de que para sentirse bien, tenía que saciar su curiosidad. Necesitaba de gente a su alrededor, aunque en su fuero interno era un solitario.

 

Venus en cuadratura con su Luna denota una emotividad fluctuante, tensa, con cierta incapacidad para profundizar en las relaciones afectivas aun cuando tuviese capacidad para entablar relaciones con muchas personas.

 

Saturno es un planeta muy fuerte en la casa de Bolívar, es el astro de las pruebas duras, los grandes tropiezos, la resistencia a toda prueba, asimismo, este planeta lo llevó a pasar sus últimos días en soledad. La oposición saturnina con Urano en el signo de Cáncer nos habla de las terribles y abruptas pérdidas que vivió Bolívar en materia de hogar, y nos señala que si bien era una persona metódica, estructurada, organizada, a su vez tenía arranques intempestivos que lo hacían actuar de manera anárquica, caprichosa, por impulsos repentinos, que lo hacían quebrantar su propia disciplina. Tenía un aire melancólico y necesitaba encerrarse en sí mismo frecuentemente.

 

La conjunción de Urano y Mercurio dio a un ser genial, visionario, creativo, con un gran sentido de lo que es la libertad, aunque por estar en Cáncer tenía quizás que luchar un tanto con el apego a lo tradicional, además de que la oposición de estos dos astros con Saturno encaminaba esta capacidad intelectual hacia el ámbito de la política, el poder y la disciplina, y le permitía estructurar en algo concreto todas esas ideas visionarias, y que fue justamente, la liberación de varios países latinoamericanos.

 

Saturno también está en cuadratura con Neptuno en Libra, provocando una lucha entre los sueños y la realidad; a veces El Libertador podía tender a idealizaciones, a perderse en sueños utópicos, no obstante, Saturno lo devolvió con frecuencia a la realidad. Este aspecto lo hacía evadirse a veces de las obligaciones, a las que volvía de nuevo por su sentido de responsabilidad. Tendía a ser muy entregado a sus ideas, en ocasiones dogmático y fanático de sus ideales.

 

Plutón tiene también gran importancia en el tema natal del Libertador. El planeta de la transmutación, de las grandes transformaciones, se hallaba en Acuario al nacer Bolívar, dándole toda la fuerza interna para emprender no sólo los cambios que en su ser interno sufrió luego de vivir sus tragedias familiares, sino para acometer las grandes transformaciones que concibió para este país y buena parte de Latinoamérica. La influencia plutoniana ocasionó situaciones extremas en su vida, de apoyos y rechazos, de alcanzar el poder absoluto y luego perder el control y ser rechazado en su propio país.

 

Plutón, en armoniosa relación con la Luna y Neptuno, volcó toda la fuerza interna, emotividad, pasión y los sueños de Bolívar hacia la gran tarea libertaria, hacia la destrucción de un estado de cosas para un renacer de naciones libres. La intensa y profunda fuerza plutoniana fue la que dio a Bolívar el empuje definitivo para la gran empresa de la libertad latinoamericana; la relación Plutón‑Luna‑Neptuno lo dotó de cualidades extrasensoriales, una gran intuición, sensibilidad, y muy probablemente este aspecto fue lo que ocasionó que Bolívar fuera capaz de tener su ""delirio sobre el Chimborazo'' e ideara la utopía de La Gran Colombia.

lunes, 19 de julio de 2021

Leo, orgullo y dramatismo…

 


Este jueves 22 de julio, a las 10:28 de la mañana, hora de Venezuela (14:28 hora universal) el Sol entra en el signo de Leo, donde estará hasta el 22 de agosto. Es un ciclo propicio para desarrollar el amor propio y la autoestima, y asumir posiciones de liderazgo; hay en el ambiente una plenitud que nos permite desarrollar nuestros talentos creativos. Es el mes en el que gobierna el Sol, y podemos conectarnos con su energía.

 

El Sol es el centro de nuestro sistema solar y su efecto en nosotros hace que destaquemos nuestra capacidad para ser organizadores; este astro representa nuestra consciencia, el saber que existimos, por tanto, cuando Leo domina en el ambiente, es un momento ideal para reafirmarnos como seres con conciencia, con capacidad de transformar el mundo que nos circunda.

 

Cuando hablamos del influjo de Leo, no nos referimos sólo a los que nacieron bajo este signo, pues todos tenemos una parte de las 12 franjas zodiacales en nuestros respectivos mapas astrológicos, de manera que en cada uno de nosotros hay un punto donde somos de Leo; además, todos albergamos al Sol en algún lugar de nuestra carta astral, y desde ese punto emana sus energías a nuestra personalidad.

 

Leo, como dijimos, es la franja del zodíaco que está regida por el Sol, el astro rey, rector de nuestro sistema solar, de allí que la analogía se encamine a considerar a los Leo como líderes, como seres a los que les gusta ser centro de atención, y con cualidades para destacar y brillar en las actividades que realicen.

 

Leo es un dominador nato, en su liderazgo hay sentimiento y comprensión; los de este signo han nacido para ser servidos y es por esto que usualmente exigen servicio y atención sin aparente esfuerzo, pues les resulta más fácil dar órdenes que recibirlas.

 

Leo da caracteres orgullosos, ese orgullo es fácilmente herido y se resiente de cualquier afrenta a su dignidad; sin embargo, la compasión puede hacerle olvidarse a veces de su orgullo, y es capaz de sorprendentes actos de amabilidad y consideración.

 

Un Leo sólo se siente bien realmente, si está rodeado de un entorno bello y lujoso y en compañía de personas refinadas y de buena posición social, sin embargo, siempre aprecia a alguien que tenga algo interesante que decir.

 

Le complace intercambiar opiniones con los pensadores originales y le resulta difícil tolerar un entorno sórdido e inculto; Leo se alimenta de adulaciones y el orgullo es el sostén de su alma; para realizar mejor su trabajo debe recibir aprobación y aceptación.

 

Leo posee un fuerte sentido dramático, y esta cualidad está tan dentro de él que con frecuencia no se da cuenta de ella; en este caso, interpretará inconscientemente un papel, pues siempre puede cubrir sus deficiencias actuando ante el público. Leo tiene un gran magnetismo personal y es raro que no esté rodeado de amigos y admiradores.

 

 

Ilustración: Pedro González Rondón

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domingo, 11 de julio de 2021

Mercurio en Cáncer, el buen oyente…

 


Mercurio empieza a transitar por el signo de Cáncer desde el 11 de julio, y estará en esta franja zodiacal hasta el 27 del mismo mes.

 

Mercurio se relaciona con el pensamiento y la comunicación, y en un signo como Cáncer, gobernado por la Luna, los procesos mentales y verbales se entremezclan con las fluctuaciones emocionales.

 

Por consiguiente, la influencia de Mercurio en Cáncer propicia desde el punto de vista de la comunicación, una tendencia a hablar menos y escuchar más.

 

Quienes reciben la influencia de Mercurio cuando este transita por la franja canceriana, tienen mayor disposición de escuchar a las otras personas y aconsejarlas.

 

Aunque Mercurio en Cáncer suele dar más introspección y timidez, favorece para establecer una conexión emocional con los demás, y tener una actitud comprensiva.

 

Asimismo, la energía de Mercurio en Cáncer favorece la memoria, y da a nuestra expresión verbal un tono emotivo que puede agradar a los demás, no tanto por lo que se diga, sino especialmente por la emoción con la que se expresen las palabras.

 

La Luna, regente de Cáncer, no tiene luz propia, sino que recibe, retiene y refleja la luz del Sol. El elemento agua también refleja la luz y la sombra; estas cualidades de recepción y reflejo son las más sobresalientes del signo del cangrejo.

 

Esa cualidad receptora es la que justamente favorece la memoria con la presencia de Mercurio en este signo; esta memoria tiene un componente emocional, y ello nos lleva al sentimiento de la nostalgia.

 

La Luna, que rige a Cáncer, simboliza la memoria universal, el inconsciente colectivo, la energía de las masas, del colectivo, el sentido de arraigo, de pertenencia, tradiciones, costumbres y hábitos.

 

 En el zodíaco sideral, de las constelaciones, Cáncer marcó la era de los comienzos de la vida en nuestro planeta, pues se asocia a la gestación, al vientre materno, al líquido amniótico. La era de Cáncer es la era del génesis: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra…”

 

Por eso, Mercurio en Cáncer favorece la gestación de ideas que luego darán a luz grandes realizaciones, porque no solamente está involucrado el factor mental que genera esas ideas, sino también el emocional, que da el ánimo para que la idea llegue a feliz término.

 

El caparazón del cangrejo tiene un significado espiritual interesante, pues alberga un organismo sensible y sutil, que es el motor de vida que impulsa a esa pesada coraza. Cuando es Mercurio el que activa a Cáncer, la energía que activa a ese motor, es la mente.

 

Ilustración: Pedro González Rondón

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domingo, 4 de julio de 2021

Luna Nueva en Cáncer

 


 

El viernes 9 de julio a las 9:18 de la noche, hora de Venezuela (10 de julio, 01:18 hora universal), ocurrirá la Luna Nueva en el signo de Cáncer.

 

La Luna Nueva, conjunción de nuestro satélite con el Sol, marca un nuevo ciclo lunar mensual, cuyas energías podemos aprovechar en nuestra vida cotidiana. Los días previos a la Luna Nueva, son excelentes para visualizar nuestras más inmediatas aspiraciones, a fin de darles la fuerza necesaria para que se materialicen en el transcurso del nuevo ciclo.

 

La Luna Nueva ocurre cuando nuestro satélite y el Sol coinciden en el mismo signo y en el mismo grado de ubicación en esa franja zodiacal; es el momento en que la Luna no se ve, está oscura. En la naturaleza esto provoca que las mareas bajen, y en el ser humano, también desciende nuestra “marea psíquica”.

 

En la Luna Nueva, el Sol predomina sobre la Luna, y por tanto la conciencia domina al inconsciente, por lo tanto, tenemos mayor claridad mental, es un momento en que las emociones están controladas por la mente y nos perturban menos, y podemos tomar decisiones más racionales y menos impulsivas, esto favorece que podamos ver las cosas como son realmente y no detrás del velo de nuestro mundo emocional.

 

Al tener mayor claridad mental, tenemos más fuerza psíquica para hacer frente a nuestros temores ocultos, a afrontar con mayor claridad las cosas que albergamos en nuestro inconsciente.

 

Este inconsciente es susceptible de ser sugestionado, porque él capta los pensamientos y luego los reproduce. Si no manejamos con conciencia estas sugestiones, pueden atraparnos pensamientos negativos, y entonces el subconsciente se convierte en un monstruo que nos hace atraer situaciones desagradables o indeseadas a nuestras vidas.

 

Al poder manejar con real conciencia nuestros pensamientos, podemos sembrar en él todo aquello que deseamos, y el resultado será positivo si estos deseos están alineados con la voluntad de Dios.

 

La Luna Nueva en Cáncer nos conecta con el mundo de las emociones. Cáncer se relaciona con la figura materna, la cualidad nutritiva, protectora. En las grandes etapas de la humanidad, la era de Cáncer bien puede asociarse a la gestación del ser humano; es el vientre cósmico, el elemento agua presente en el líquido amniótico, el cordón umbilical que siempre está presente en nuestros vínculos familiares.

 

Como Cáncer se relaciona con el hogar, esto puede ser llevado a un plano más elevado y por eso también se asocia al concepto de patria, a nuestros arraigos, nuestra memoria genética, nuestra idiosincrasia.

 

A este signo lo rige la Luna, el astro del inconsciente colectivo, del comportamiento de las masas, la memoria ancestral que nos permite tener conciencia del pasado y almacenar nuestro bagaje cultural y nuestros aprendizajes, por eso, esta Luna Nueva es muy poderosa.

 

Esta Luna  Nueva es un buen momento para honrar a nuestros ancestros y tomar conciencia del potencial que dentro de nosotros guardamos gracias a ellos; nuestras cualidades y aptitudes son una mezcla de todos nuestros antepasados, a los cuales les debemos la vida; no solo se la debemos a nuestro padre y madre; también a nuestros abuelos, pues sin ellos no hubiesen nacido nuestros padres ni nosotros; a los bisabuelos, pues sin ellos no hay abuelos ni padres ni nosotros, y así sucesivamente; uno solo que falte en la cadena, y no estaríamos en este planeta.

 

Esta Luna Nueva es ideal para visualizar y conectarnos emocionalmente con nuestras metas, lograr que nuestro motor sean las emociones bien canalizadas para ponerle “corazón” a nuestros propósitos, pues allí está la clave del éxito.

 

 

Ilustración: Pedro González Rondón

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