sábado, 14 de diciembre de 2019

2020: Nace una Nueva Era


El panorama que podemos apreciar, de acuerdo a las configuraciones planetarias que ocurrirán en el año 2020, es que se trata de un ciclo fuera de lo común, que puede marcar hitos históricos importantes y dividir la historia de la humanidad en un antes y un después. En todo caso, la tendencia a que ocurran hechos extraordinarios estará muy marcada.

Serán un año en el que los planetas Júpiter, Saturno y Plutón, tendrán un rol dominante y protagónico, y las conjunciones de estos tres astros marcarán el clima energético de todo el año, desde principio a fin, especialmente en el signo de Capricornio, aunque a finales de año cobrará también importancia la franja zodiacal de Acuario.

Las energías contrastantes de estos planetas estarán interactuando, y eso provocará que en el 2020 los hechos ocurran como si estuviéramos como en una montaña rusa, donde podemos empinarnos a altas cumbres y de pronto sentir que caemos en forma brusca; pero como en toda montaña rusa, no permaneceremos caídos, volveremos a subir…

Sin embargo, el posible desenlace, de acuerdo a lo que plantean los movimientos planetarios durante el año, nos hace pensar en grandes acuerdos entre factores de poder, el nacimiento de una nueva institucionalidad, el arribo a una situación de mayor estabilidad y equilibrio luego de fuertes turbulencias, donde podremos sentir aires de renovación, no en forma desordenada, sino producto de renovadas estructuras que pueden nacer con solidez.

Poco antes de que comience el nuevo año, el 26 de diciembre, un eclipse solar en Capricornio ocurrirá en conjunción con Júpiter en Capricornio, justo uno de los protagonistas del 2020, dando el empujón inicial a un ciclo donde el comportamiento de las masas populares y los liderazgos, vivirán procesos de intensas reestructuraciones en los primeros seis meses del año.

Enero estará signado por la gran conjunción de Saturno y Plutón en Capricornio, que puede traer unos meses de bastante restricción, donde todo aquello que represente el estatus, los factores que mantienen el control de las instituciones, pueden adoptar tu actitud más férrea e inflexible, pero precisamente esa inflexibilidad junto a una poderosa energía corrosiva que representa Plutón, puede traer en un momento dado una “implosión”. Cuando más fuerte aparezca una estructura que ya está caduca, puede ser el momento en que la misma se derrumbe sin previo aviso.

De este ciclo restrictivo que se puede sentir en lo económico, político, social, generado por esta conjunción de Saturno y Plutón, podemos pasar en poco tiempo a ciclos de grandes sacudidas; esas grandes “olas” expansivas que viviremos, y que pueden venir con agitación social, con raudales de recursos que aparecen de repente y que si bien pueden significar mayor dinero circulando, también pueden traernos más inflación. En cierta forma será un año algo “loco”, donde viviremos experiencias bipolares, con grandes depresiones y raudales de entusiasmo; la conjunción de Júpiter con Plutón en Capricornio tendrá tres momentos, que serán esos “picos” expansivos y agitados, en abril, junio y noviembre.

Mientras, Saturno habrá avanzado y llegará a Acuario en marzo, dando el clima energético propicio para ir avizorando las nuevas estructuras que irán a nacer posteriormente. Luego ese astro retrocederá, volverá a Capricornio, y en diciembre se encontrará en el último grado de ese signo con Júpiter, y ocurrirá un evento planetario fuera de lo común, pues Júpiter y Saturno entrarán casi al unísono a Acuario, donde se dará la conjunción exacta de estos dos colosos, y provocarán el gran “katum”  acuariano, una nueva era que nace.

A la unión de estos dos grandes planetas siempre le acompañan eventos mundiales que significan la apertura de un nuevo gran ciclo, es tiempo de fundar nuevos países, aprobar nuevas constituciones, nuevos andamiajes políticos y legales, y en Acuario, con Saturno en muy buen estado cósmico y Júpiter bastante cómodo, el tiempo es extraordinario para vivir un gran proceso de renovación y modernización que se plasme en hechos concretos, prácticos y tangibles.

** Nos vamos de vacaciones. Regresamos el 11 de enero. ¡Feliz Navidad y un gran año 2020!! Me despido con este viejo tema, que en 2020 estará vigente… óyelo aquí… https://youtu.be/MArn1Kwoyd0



domingo, 8 de diciembre de 2019

Júpiter en Capricornio para concretar proyectos


Recién entró Júpiter a Capricornio, y en este signo estará durante un año. La cualidades jupiterianas contrastan con las de la franja capricorniana, de manera que su naturaleza tendrá que acoplarse a un signo cuyas energías aparentemente le son contrarias.

Recordemos que Capricornio es regido por Saturno, y por lo tanto, Júpiter estará bajo el dominio del astro de los anillos.

Sin embargo, si vemos las cosas con un poco más de detenimiento, podremos encontrar que las energías de ambos astros son complementarias, más que antagónicas.

Es verdad que Júpiter tiende a la expansión, mientras que Saturno a la restricción, por tanto la tendencia expansiva jupiteriana se verá limitada al estar en un signo como Capricornio, bajo la influencia de Saturno.

Ello puede favorecer áreas como la administrativa y financiera, y traer un mayor orden, racionalidad y criterio, en el manejo de la economía a nivel global.

Júpiter se relaciona con el mundo de la ideas, ideologías, filosofía, espíritu de las leyes, la mente abstracta creativa, mientras que Saturno se relaciona con las estructuras, con la aplicación práctica y constructiva de toda idea, con la aplicación efectiva de las leyes, con la concreción de instituciones que provienen de una determinada concepción ideológica.

Con Júpiter y sin Saturno, nos quedaríamos en pura filosofía, ideas al aire que se van disipando o que quedan en libros que de vez en cuando alguien lee. Hace falta la praxis, la estructura, la concreción que pone Saturno, que a su vez necesita nutrirse de los conceptos jupiterianos para tener la materia prima de la estructura que luego formará.

Júpiter en Capricornio no es tiempo de lanzar nuevas ideas, nuevas corrientes de pensamiento ni concepciones filosóficas, nos trae un tiempo propicio para la concreción de las ideas que previamente han sido propuestas; es por tanto un tiempo de acción práctica, de ir al grano, de construir, edificar, hacer realidad proyectos.