Desde que vimos hace unos meses la figura astrológica que se formaría en el cielo, pensamos: “Algo grande está por pasar”. Y por lo que leemos en distintos medios, parece que, en efecto, eventos fuera de lo común se avecinan para la humanidad.
No podemos saber qué
va a pasar, no podemos dar resultados, pero podemos prever el ambiente
energético que nos envuelve en estos momentos, con aspectos planetarios que no
se dan frecuentemente, pero cuando ocurren, dejan huella.
Este 24 de agosto, el
Sol estará acoplado y activando el “barrilete”, figura formada por los planetas
lentos, y los que generan mayores transformaciones a su paso: Urano, Neptuno y
Plutón.
Todos coinciden en el
grado primero de distintos signos, y sus energías se conectan de manera
especial. El Sol apenas estará un día acoplado, dando el chispazo de la
activación; tal vez por eso, dos de los tres astros lo apuntan con un “dedo de
Dios”, como indicando que, por este día, 24 de agosto, el astro rey es el
protagonista.
De allí en adelante,
le tocará a los tres grandes mantenerse activos por casi un mes, impregnando el
ambiente con sus cualidades transformadoras.
Los cambios de Plutón
son internos, profundos, psicológicos, corroen lo viejo y cuando menos lo esperamos
viene un desplome.
Los cambios de Urano,
en cambio, son externos, llegan repentinamente, sacuden con su ola renovadora y
vanguardista.
Los cambios de Neptuno
son sutiles, espirituales, idealistas, son sueños que pueden hacerse realidad
si los proyectamos con fuerza.
Cada quien, de manera
individual, vivirá esta confluencia planetaria en forma diferente, cada quien
dependiendo de la casa astrológica o planeta que toque el “barrilete”. Si te
toca uno, te tocan tres a la vez.
Y si no te toca
ninguno, recuerda que no eres tu solo, que estás en un entorno, y si estas
energías impregnan el ambiente, algo te tocará, y en algo influenciará en tu
vida; como dijo alguna vez un poeta: No somos islas… ¿Por quién doblan las
campanas? Están doblando por ti…
NOTA: En la carta
astral del 24 de agosto, se ve a Neptuno y Plutón formando con el Sol el “dedo
de Dios”, y por otra parte está Urano conectado en cuadratura con el Sol, y
especialmente en trígono con Plutón y sextil con Neptuno, formando el “barrilete”.
Lo curioso es que, si vemos a todos juntos, las líneas del “dedo de Dios” con
las del “barrilete”, forman una pirámide; si notan la carta, verán como una
pirámide vista desde arriba, se ve en relieve. ¡Interesante y grandiosa la
energía que se activa!
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