La entrada del Sol en
Sagitario, cosa que ocurrió el pasado 22 de noviembre, trae consigo la llegada del ambiente previo a
la Navidad, caracterizado por un espíritu festivo y optimista, muy en sintonía
con lo que es la esencia sagitariana.
Sagitario es el signo más
alegre del zodíaco, su naturaleza es idealista, jovial, aventurera, de amplia
visión y grandes metas. Los sagitarianos son expansivos y por ende tienden a
exagerar, les gusta abarcar mucho, son buenos conversadores, tienen mucho
sentido del humor, son un tanto dispersos e impuntuales, disfrutan creando
conceptos, ideas, y suelen tener poco sentido práctico para concretar lo que
conciben.
Sagitario se puede asociar con
aquellos ideólogos que discuten largas horas en un cafetín sobre cómo cambiar
el mundo, aunque también son aquellos grandes viajeros que tienen sed de
conocer todos los rincones del planeta. Cultivan su mundo interno y espiritual,
pero no descuidan el aspecto físico, ya que disfrutan de la actividad
deportiva.
Son inquietos, la rutina les
molesta, necesitan vivir la vida como una gran aventura y esto incluye un
fuerte gusto por las experiencias amorosas variadas.
Sagitario es un signo de fuego
y por lo tanto es impulsivo, pero es de naturaleza mutable, es decir, flexible,
variable, hace las cosas porque le nacen, con entusiasmo, pero a la vez
necesita ser motivado por otros y sus intereses o entusiasmos pueden variar de
un día a otro.
Cada vez que se menciona al
signo de Sagitario, emerge la mitológica figura del Centauro disparando sus
flechas; la primitiva psicología astral elaborada por los griegos consideró a
este signo el más genuino representante de la lucha entre el instinto (parte
animal) y el ideal (parte humana), posteriormente otras consideraciones y
culturas fueron agregando características diversas, identificando a Sagitario
con los ritos, la religiosidad, la filosofía y la moralidad.
Sagitario, constantemente, se
debate entre lo que íntimamente es y lo que anhela ser frente al prójimo.
Enmascara su “yo”, y en muchos casos vive una dualidad (por algo es el signo
complementario de Géminis). El humor al que apela, es la cualidad que más
ejercita para concentrar la atención de los demás sobre ciertos matices de su “yo”
y evitar así que se ahonde en otros. Sagitario teatraliza su propia vida; tal
vez un profundo temor a la muerte le hace actuar desde planos superficiales de
la conciencia.
Aunque Sagitario es generoso,
hace un gran esfuerzo por ordenar y controlar sus gastos, y su escala de
valores es estricta a pesar de dar una imagen desfachatada; en su relación con
el medio ambiente es locuaz, extrovertido y altruista, en su hogar es muy
sacrificado y cariñoso, como padre es motivante y le inculca a sus hijos el
espíritu aventurero, en el trabajo es constante y persevera en sus metas, con
la pareja le gusta compartir ideas, conocimientos y necesita no caer en la
rutina, sus cambios cíclicos se producen fundamentalmente en el campo de lo
emotivo, sus ideales son muy amplios y ambiciosos, profesionalmente es muy
analítico y detallista, con los amigos es entregado, prefiere complacerlos
antes que satisfacerse él mismo; y su mundo espiritual es muy intenso.
La época de Sagitario
representa la última etapa del otoño, tiempo de cambios, de muerte para luego
volver a renacer, y con el espíritu sagitariano, este cierre de ciclo está
cargado de optimismo, la alegría de este signo nos prepara para recibir de buen
ánimo la Navidad, festividad que desde el punto de vista astrológico se inicia
con la entrada del Sol en Capricornio, es decir, en el solsticio de invierno, y
el ambiente se torna más introspectivo, pero antes, la energía sagitariana dará
rienda suelta al optimismo y la jovialidad para que descarguemos las tensiones
acumuladas y lleguemos a la Navidad con el espíritu lleno de felicidad.
Sagitario es también
espiritualidad, amplia visión; está representado por el arquero que lanza una
flecha hacia el infinito, hacia lo desconocido, hacia el universo; Sagitario
busca trascender, quiere conocer lo que hay más allá, tiene una mente amplia,
universalista, filosófica.
Los Sagitario son francos,
abiertos, generosos y por tanto gastan mucho, les gusta todo a lo grande, tienden
a ser imprudentes y a extenderse bastante en las conversaciones. Son de risa
fácil y contagiosa.
Júpiter, el planeta regente de
Sagitario, desde el punto de vista esotérico, es considerado sagrado e inspira
amor y sabiduría. Es el astro más grande del sistema solar, por eso los
sagitarianos son expansivos, es un planeta que se asocia al don de mando, a la
alegría, al buen humor, a la prosperidad; en una carta astral es una especie de
ángel guardián que nos ayuda a seguir adelante y vencer cualquier dificultad,
es el ambiente festivo, es la tendencia a enfrentar cualquier situación con
optimismo y da tendencia a magnificar las cosas.
La mitología considera a
Júpiter como el originador de todo cambio sucedido en los cielos: la lluvia y
el granizo, el relámpago y el trueno.
En la antigua astrología,
Júpiter fue la estrella de la suprema fortuna, el planeta de la benevolencia,
de las buenas intenciones, es el símbolo de la generosa voluntad, la
veneración, la espiritualidad, la nobleza y la esperanza.
El prototipo del ser muy
influenciado por Júpiter es el de una persona dichosa, de voraz apetito,
optimista, abierta, extrovertida, generosa consigo misma y con los demás,
juguetona, ambiciosa, eufórica, con tendencia a engordar. Júpiter es el
consejero protector, el benefactor.
Los sagitarianos buscan
siempre una meta superior que cumplir, la energía de este signo inspira
idealismo y un sentido de dirección, que es como un impulso y una tendencia a
ser uno con la meta.
El idealismo es una decisiva
dirección de la vida para llegar a una meta más amplia; el idealismo es un
impulso compulsivo que nos lleva a vivir según las normas de nuestro ideal, y
en ocasiones nos puede hacer aparecer como personas muy poco prácticas. .
El sentido de dirección es la
aptitud para orientar y polarizar todo lo que tenemos, somos y hacemos es pos
de la meta, eso lo indica el simbolismo sagitariano de la flecha, el hombre y
el caballo. El caballo y el hombre deben seguir la dirección de la flecha o la
meta no podrá alcanzarse, lo cual significa que la personalidad y la percepción
intuitiva (el caballo y el hombre) deberán moverse en sincronía, si ha de
llegarse a la meta.
El idealismo es el poder para
contemplar la visión y dirigir nuestros pasos hacia la meta con determinación y
alegría; es la aptitud para mantener pura la visión y empeñarnos en armonizar
nuestra vida, por eso, el tiempo de Sagitario es de alegría, pero también de
visualización de metas, de sacar a flote nuestros ideales, muchas veces
enterrados ante el pragmatismo de la vida diaria.
Ilustración: Pedro González Rondón
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