domingo, 24 de octubre de 2010

El destino inevitable en tiempos de transición


Cuando vivimos un momento de transición, es difícil que lo percibamos en toda su dimensión, que nos demos cuenta de lo que en verdad ocurre. Sólo el pasar del tiempo nos hace abrir los ojos.

Esto está ocurriendo desde el pasado 26 de septiembre, que será con el pasar del tiempo una fecha memorable, el inicio de una nueva etapa histórica que debe pasar por una transición, que en estos momentos no percibimos de manera clara.

Astrológicamente, en cambio, está muy claramente demarcada esta transición, este nuevo ciclo que comienza. Para poder analizarlo, tenemos que remontarnos al inicio de la etapa que estamos viviendo actualmente, que es el 4 de febrero de 1992, y comparar de alguna forma con lo que está pasando a partir del 26 de septiembre.

El 4 de febrero del 92, el punto del destino, el Nodo Lunar Norte, transitaba por Capricornio, a 7 grados de ese signo. El 26 de septiembre de este año, el Nodo transitaba por esta misma franja zodiacal, y también a 7 grados. Un ciclo exacto.

En Capricornio está la Luna de Venezuela (que representa al pueblo), y está el Nodo Norte de Chávez, que marca su misión. Astrológicamente, el 4 de febrero del 92 se inició una nueva etapa en Venezuela, que pasó por un proceso de transición.

En esa transición, surgió Chávez como potencial líder, y su intentona de golpe obtuvo un muy alto respaldo popular, y él, una gran popularidad. Gracias a esa acción militar ocurrieron cosas que de otra forma, no hubieran ocurrido.

De no haber sido por esa intentona, el presidente Carlos Andrés Pérez no hubiese sido destituido de la Presidencia de la República el 20 de mayo de 1993 por la Corte Suprema de Justicia; Rafael Caldera no hubiera logrado llegar a la Primera Magistratura ese mismo año, derrotando a AD y Copei, y el mismo Chávez no habría llegado al poder en 1998. Todo esto fue la transición hacia un nuevo ciclo, y el final de la llamada “cuarta república”.

Ahora ocurre igual, aunque con hechos diferentes. Estando el Nodo Lunar en el signo de la Luna de Venezuela (pueblo), y del destino de Chávez, el pasado 26 de septiembre, los resultados electorales arrojaron el declive de un ciclo histórico, y de ahora en adelante, estaremos viviendo un proceso de transición hacia una nueva era en la historia de Venezuela.

PLUTÓN EN ACCIÓN

Venezuela sigue bajo el lento y profundo efecto de Plutón, que nuevamente, y por última vez estará pasando por la Luna de Venezuela en Capricornio, el próximo 4 de diciembre, intensificando el cambio que se está produciendo en el colectivo nacional.

Plutón es el astro de la muerte y la resurrección, el planeta de la necesaria regeneración, que promueve la expulsión de lo que ya no sirve, para dar paso a lo nuevo, tal y como ocurre en nuestro cuerpo cada vez que se renuevan nuestras células.

Al activarse la energía de Plutón, el ambiente nos dispone para intensos cambios, donde debemos “destruir un mundo” y prepararnos para nacer de nuevo. Esta tarea no debe atemorizarnos, al contrario, esa es la esencia de la vida. Morir y nacer son los extremos que se tocan. Morir es igual a no haber nacido, y justamente ese estado de muerte es el que permite que algo nazca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pedro, gracias me animas a seguir adelante y persistir.