sábado, 9 de noviembre de 2019

Astrología de procesos y no de resultados


El tema que voy a abordar puede ser algo delicado, pues tiene que ver con los pronósticos astrológicos, y puede haber quien sienta que me estoy refiriendo a alguien en particular, pero no es así; me voy a referir a los astrólogos en general, a todos, incluyéndome.

El énfasis que se da al tema de las predicciones, puede terminar provocando el descrédito de una disciplina que bien utilizada, muestra su efectividad.

El asunto es que al enfocarnos en posibles resultados a futuro, ocurren demasiados desaciertos. Si la astrología funcionara en esa tarea de pronosticar resultados, los astrólogos tendrían que acertar en el 100% de sus pronósticos.

En astrología el que alguien lleve un buen porcentaje de acertadas, pero digamos que ha fallado en un 30% de las ocasiones, no es algo bueno, es como si un médico se ufanara de haber operado exitosamente a un 70% de sus pacientes, y se le hayan muerto el restante 30%.

Si señalamos que determinado planeta trae un suceso, eso debería ocurrir porque sí, y no podemos luego, al no pasar lo esperado, empezar a hacer justificaciones.

Tampoco podemos dividir el asunto entre astrólogos buenos y malos, de acuerdo al número de sus aciertos, porque ningún astrólogo presenta un record de 100% de aciertos. Parafraseando a Jesús: El astrólogo que no se haya pelado en sus pronósticos, que tire la primera piedra.

¿Entonces, estoy queriendo decir que no funciona la astrología? Pues no. He comprobado que funciona, dependiendo del uso que se le dé. En alguna ocasión, para una ponencia en un congreso astrológico, mi colega Antonio Polito escribió un material en el que defendía una astrología enfocada hacia procesos, y no hacia resultados.

Precisamente, estudiando las posiciones planetarias, es posible determinar ambientes, tendencias, posibilidades, tanto en temas personales como colectivos, pero el asunto empieza a fallar cuando nos atrevemos a dar un posible resultado.

Por ejemplo, podemos orientar a alguien sobre posibles conflictos de pareja para que sea esta persona quien tome sus decisiones, pero no es igual a que le digamos a esa persona: “Te vas a divorciar”.

Asimismo, en lo colectivo, podemos prever cuando un ciclo político va a declinar o va a entrar en crisis, pero la cosa falla cuando decimos que en tal fecha va a caer el gobierno.

Si por ejemplo, se pudieran prever terremotos de manera exacta, bastaría con alertar el día, hora y el lugar en que va a ocurrir, y así evitaríamos grandes tragedias, pero no es igual a que alguien diga: “Viene un terremoto” y a los cinco meses, si ocurre alguno en algún lugar (lo cual no es nada extraordinario porque las zonas sísmicas siempre son proclives a temblores), esta persona diga: “Yo lo dije”.

Tal “pronosticadera” a diestra y siniestra va a terminar hundiendo la credibilidad en una disciplina que puede ser de gran utilidad para el ser humano, para conocerse mejor a sí mismo, para encontrar su propósito de vida, descubrir sus potencialidades y tomar decisiones de la mejor manera.

La tendencia a querer pronosticar es grande, pero he aprendido que el único que sabe lo que va a ocurrir es Dios.

En más de una ocasión hemos observado que se dan configuraciones astrales parecidas a otras que marcaron eventos del pasado, como por ejemplo, la caída de un dictador. Sin embargo, a pesar de darse el mismo aspecto planetario, no ocurre el mismo suceso.

Y es que tenemos que tomar en cuenta que la época no es la misma, y todos los astros no estarán ubicados jamás en la misma forma que en el pasado; asimismo, los personajes varían; el dictador del pasado no tiene la misma carta astral que uno del presente, y un líder democrático del pasado es distinto a uno actual, y así podemos seguir enumerando una serie de factores que varían, y que debemos tomar en cuenta.

Por lo tanto, el pronóstico astrológico hecho de esta forma, enfocado en un resultado específico, termina volviendo a la astrología en una actividad del azar, tal como el juego de “Quien quiere ser millonario”, cuando se acude al comodín del “50 y 50” para responder una pregunta.

Es por esto que prefiero utilizar el término “cosmobiología” para referirme a la astrología, porque si la vemos de esta manera y la estudiamos a profundidad y con un sentido de asesorar al ser humano, a guiarle en sus tendencias de vida respetando su libre albedrío, colocaremos el estudio de la influencia de los planetas, en un sitial en el que la astrología sea respetada como una profesión valiosa para la humanidad.

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6 comentarios:

Roberto Hidalgo dijo...

Leí tu artículo, con el cual plenamente, estoy de acuerdo; pronosticar y no acertar es cuesta arriba. Pero al final tienes un anuncio sobre un curso de astrología kármica, la cual es una de mis preferidas.

Ahora bien, hablar del pasado kármico ¿no es una especie de pronóstico "hacia atrás", en que uno puede fallar también?

Pedro González Silva dijo...

Hola Roberto, gracias por tu comentario!! Todo depende del enfoque que le des... si hago una astrología kármica en la que me pusiera a adivinar que en vidas pasadas tal o cual persona fue monja, héroe de la independencia, etc., de qué murió y cosas así, podría caer en esa situación... pero se trata de estudiar tus energías del pasado, tu herencia energética... la astrología puede funcionar muy bien si la vemos en su concepción cosmobiológica. Si estudias el mapa genético de una persona, necesariamente debes conocer lo que trae de herencia de sus antepasados. Karma, además, muchas veces es entendido como un concepto esotérico, siendo más bien algo tan tangible como que es la consecuencia de todo aquello que forma parte de nuestro pasado. Saludos y abrazo!!

Roberto Hidalgo dijo...

Muchas gracias, tu respuesta es muy válida y la acepto. Pero alguien podría traer, por ejemplo, una energía guerrera (Aries-Marte) y decirle eso a la persona que consulta y ésta va a preguntar: "¿Estuve en la segunda guerra mundial?" y ahí es donde tu respuesta se aplica.

Anónimo dijo...

buenos dias soy un fanatico de su pagina me entriostece ver que le dejo de dar continuidad,en realidad es excelente, y provechosa,por favor no de je de escribirl

Pedro González Silva dijo...

Para "fanático anónimo": no te preocupes, no dejaré de darle continuidad... en estos días he publicado cada 15 días por muchos asuntos pendientes, pero normalmente la continuidad es semanal... ah por estos dias nos vamos de vacaciones, no todavía, una semana después, y regresamos en enero... abrazos!

Pedro González Silva dijo...

Bueno Roberto en casos como el que indicas no queda otra que ser honestos y no ponerse a inventar: simplemente le digo al consultante que eso no lo puedo saber, que se haga una regresión...