miércoles, 30 de abril de 2008

Mensaje celeste...


Pedro González Silva

¿Cuál es la verdadera naturaleza del ser humano? ¿Es bueno? ¿Es malo? De preguntas tan aparentemente simples se deriva prácticamente todo lo que en este mundo material existe.

Veamos por ejemplo el caso de la economía, en donde tantos conceptos y teorías pueden reducirse a una realidad muy sencilla: todos los seres estamos ávidos de obtener aquellas cosas que nos hacen falta para vivir, y cuando estas escasean se olvida la solidaridad al prójimo y entramos en ardua batalla para ver quién logra apoderarse de la mayor cantidad de bienes. De ahí salen conceptos como oferta y demanda, y sistemas como el capitalista.

Si el hombre fuera solidario por naturaleza, el comunismo no tendría que imponerse por la fuerza y podría existir en un marco democrático, pero resulta que repartir equitativamente como que no le gusta mucho a la gente, y aquellos que sueñan con un mundo así, deben imponerlo, y entonces, la equidad surge a costa de la pérdida de libertad.

Parece que por naturaleza el hombre es competitivo y se adapta más a lo que plantea el capitalismo salvaje, donde el fuerte se impone al débil; tanto es así que nuestra concepción comenzó con una ardua competencia entre millones de espermatozoides, donde sólo uno, el más fuerte, el más apto, el más rápido, sobrevivió.

Sin embargo, para algo existe el alma, el destino, la consciencia, el don de humanidad, que nos hace experimentar la solidaridad como una etapa superior y evolucionada de la vida, caso contrario, actuamos como espermatozoides.

Aparentemente la humanidad ha avanzado mucho, sin embargo nos atreveríamos a afirmar que tal avance no es más que un espejismo de tecnología y sistemas legales que no se cumplen o se aplican de manera hipócrita, mientras las verdaderas leyes, las leyes del universo, son constantemente desafiadas por el hombre.

Resulta tragicómico medir la evolución humana si la comparamos en términos bélicos: ¡Qué gran avance es que antiguamente los guerreros se destrozaban entre ellos con lanzas, y ahora, debido a la inteligencia del hombre, son los misiles los que cumplen de una manera mucho más sofisticada la tarea de destruir vidas humanas!

¿CUAL EVOLUCION? - Evolución fue que el mono pasara a ser “pitecantropus erectus” y que éste a su vez se convirtiera en “homo sapiens”, es decir, evolución fue pasar de una mente animal, instintiva, a una mente con conciencia, capaz de discernir. Evolucionar no es avanzar tecnológicamente; quien mata a cuchillo y luego inventa un aparato sofisticado para asesinar, sigue siendo el mismo bárbaro que mata.

Es poco el avance mental que los humanos hemos tenido después de que el mono pasó a ser hombre. Resulta increíble que con tanto conocimiento científico, todavía el ser humano no se perciba en su real dimensión: que somos un microscópico mundo que flota en un inmenso espacio, y que resulta tonto pensar en términos de razas, etnias, naciones e incluso, como terrícolas que compartimos un pequeño mundo habitado apenas en menos de un 25% de su superficie, cuando estamos en un infinito espacio, del que apenas conocemos un mínimo trocito.

Nuestro sistema solar es un punto minúsculo dentro de la totalidad infinita del universo, y muy seguramente habrá muchos sistemas parecidos -aunque los científicos no los “descubran”- y en esos sistemas habrá quién sabe cuántos planetas con vida consciente, y nosotros, en vez de pensar en términos universales, en el prodigioso misterio de la vida, pensamos en tontos nacionalismos y en confrontaciones por miserables pedazos de tierra.

EL CAMBIO ES INTERNO.- No habrá ley humana en el mundo que erradique corruptelas, ni tratados internacionales de derechos humanos que sean cumplidos, mientras el hombre no evolucione en su naturaleza interna. Mientras el universo ofrece misterios impensables, las religiones se pelean el derecho de representar a Dios, y aunque religión significa reunir, las religiones separan y dividen.

En estos instantes el cielo está enviando señales claras para quienes hemos estudiado el simbolismo cósmico, estamos en un momento crucial y decisivo para la humanidad; en estos próximos años serán muchas las cosas que ocurran, y habrá un momento estelar para que la humanidad escoja su rumbo, o evoluciona, cambia su vibración mental y se conecta con los nuevos tiempos que se avecinan, o será el cielo con su fuerza transformadora, el que empujará a la humanidad a un nuevo destino.

NOTA: La carta astral le ayuda a conocer su potencial, aprovechar sus aspectos positivos y trascender los negativos para evolucionar. La posibilidad de éxito se incrementa cuando usted sabe aprovechar sus fortalezas y trabajar sus debilidades. No ande a ciegas por la vida... Si desea encargar su carta astral o su revolución solar, escríbanos a nuestro correo: pgsilva@cantv.net y le enviaremos información sobre cómo hacer su encargo.

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