Este lunes 20 de marzo, a las
5:26 de la tarde, hora de Venezuela (21:26 hora universal), el Sol hace su
ingreso al signo Aries, dando inicio al año nuevo astrológico. Es el comienzo
de un nuevo ciclo natural.
Es el momento del equinoccio
de primavera en la latitud norte, y aunque en el sur es otoño, igual les llega
desde el punto de vista psicológico las cualidades primaverales que contiene la
franja zodiacal ariana.
En esta ocasión, las energías
de este año astrológico vienen con características muy especiales. En primer
lugar, este equinoccio de primavera estará acompañado de una potente alineación
de planetas.
Al momento exacto de la
entrada del Sol en Aries, la alineación estará formada por Saturno, la Luna y
Neptuno en Piscis; Sol, Mercurio, Quirón y Júpiter en Aries; Venus, el Nodo Norte
y Urano en Tauro, y Marte en Géminis.
Con el transcurrir de los días
la alineación adquirirá mayor fuerza; en primer lugar, un día después del
equinoccio, el 21, ocurrirá la Luna Nueva en Aries, momento en que podemos
desarrollar el mejor estado de conciencia en torno a nuestra propia identidad,
sobre nuestro “yo”.
Y dos días después, ocurrirá
el fenómeno astrológico más relevante de 2023: la primera entrada de Plutón en
Acuario, que será el abrebocas de grandes y profundos cambios que se darán en
la humanidad, durante los próximos 20 años.
Al entrar Plutón a Acuario, se
hace más larga la lista de astros que estarán alineados, es decir, formando
fila continua; en este caso, esa fila abarca a cinco signos seguidos: Plutón en
Acuario; Saturno y Neptuno en Piscis; Sol, Mercurio, Quirón, Júpiter y la Luna
en Aries; Venus, el Nodo Norte y Urano en Tauro, y Marte en Géminis.
Ya de por sí, la energía de
Aries y del nuevo año astrológico, genera un especial empuje; moviliza, nos
lleva a tomar acciones, a dar el paso, a arriesgar, a emprender; pero si a esto
le agregamos las poderosas energías de esta alineación, los resultados van a
ser fuera de lo común, van a marcar un hito histórico, y con el agregado aún
más intenso de Plutón en Acuario, generando un profundo proceso de renovación.
Para quienes se sintonicen con
los ciclos de la naturaleza y aprendan a manejar sus leyes, que son las leyes
de la vida, este período del equinoccio de primavera puede aprovecharse para
hacer todo un trabajo de regeneración y así revitalizarse y marcar un nuevo
rumbo.
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