Este miércoles 22
de septiembre, a las 3:22 de la tarde, entra el Sol a Libra, y comienza un
ciclo muy especial, cargado de fuertes e intensas energías espirituales, que
marcan la segunda mitad del año astrológico y la llegada del equinoccio de
otoño.
Así como el
equinoccio de primavera (entrada del Sol en Aries) marca el inicio del año
nuevo astrológico, el equinoccio de otoño (ingreso del astro rey a Libra)
indica que entramos en la segunda mitad del año astral.
La primavera (que
ocurre aproximadamente el 21 de marzo) representa la fuerza del ego, de la
individualidad, mientras que el otoño nos trae el declive del “yo”, y el
momento es propicio para ceder parte de nuestra personalidad en función de
relacionarnos armónicamente con otras personas.
El equinoccio de
otoño nos trae aprendizajes a través de todo aquello que vamos perdiendo en la vida,
nos ayuda a soltar, a entender que la vida es un cambio permanente, que aquello
que somos no permanece igual.
En otoño caen las
hojas, se desprenden del árbol, la naturaleza se prepara para morir en
invierno, con la promesa de una nueva vida que llegará en primavera.
Algunos pensarán
que el otoño en esta fecha es en la latitud norte, mientras que en el sur se
produce la primavera; esto es cierto desde el punto de vista climático, pero
aquí se trata de las energías internas que se mueven en cada ser humano, y para
todos, estemos en el norte o en el sur, se despierta nuestro “otoño interno”,
que es el declive del ego. Igual ocurre con las demás estaciones del año:
tenemos nuestras primaveras, veranos, otoños e inviernos psicológicos, sea cual
sea el clima.
Las estaciones del
año están asociadas astrológicamente a 4 momentos mágicos: dos equinoccios, y
dos solsticios. En los equinoccios el Sol se coloca justo a la altura del
ecuador (la línea que divide en dos partes iguales al globo terráqueo), y en los
solsticios, el Sol es cuando más se aleja del ecuador.
En los
equinoccios, los días y noches tienen igual duración, mientras que en los
solsticios, uno de ellos nos trae el día más largo, y otro, la noche más larga.
En estos cuatro
momentos, las energías celestes son mayores, y al momento de ocurrir cada uno
de ellos, las influencias astrológicas quedan impregnadas y nos acompañan
durante tras meses.
Estos 4 momentos
mágicos son: equinoccio de primavera (Sol en Aries), inicio del año astrológico
y asociado a la resurrección; solsticio de verano (Sol en Cáncer), que trae la
purificación interna, el equinoccio de otoño (Sol en Libra), que es el declive
del ego, y el solsticio de invierno (Sol en Capricornio), la muerte que lleva
al renacer, el espíritu de la Navidad.
El Sol en Libra
pierde sus cualidades esenciales y se coloca en una posición que
astrológicamente se llama “caída”, y que indica que el ego, el centro de
nosotros mismos, el ser punto de atención, son características que se debilitan
en este tiempo, para dar paso a que los demás sean el foco de atención para
nosotros, y que sintamos en carne propia el hecho de que sólo interactuando y
dependiendo de las cualidades de otras personas, podemos realizarnos plenamente
como seres humanos.
El tiempo de Libra
es ideal para fortalecer relaciones con las demás personas, de equilibrar la
balanza y que nuestros deseos personales no vayan en perjuicio de los otros; es
momento de recordar que nuestros derechos terminan donde empiezan los de
nuestros semejantes.
El equinoccio de
otoño es un tiempo mágico. La consciencia que debemos desarrollar sobre todas
las cosas que tenemos y a las que podemos acceder gracias a las demás personas,
nos llevará a entender que más tendremos, más recibiremos, cuando mayor sea
nuestra capacidad y disposición de dar.
El otoño es el inicio del
declive de la naturaleza, que comienza a soltar lo caduco para una posterior
regeneración. En el ciclo humano, este tiempo nos invita a desprendernos del
egocentrismo y entender un poco a las demás personas. Es tiempo de conciliar,
de ceder, de compartir.
RECIBE CON NOSOTROS EL OTOÑO
Para recibir las energías de
este equinoccio de otoño, efectuaremos un evento desde Porlamar, en donde,
Teresa Trejos, y este servidor, Pedro González Silva, hablaremos de estas
energías que se activan, a la vez que realizaremos una meditación.
El evento: “Equinoccio de
Otoño: La pérdida como aprendizaje”, será el mismo día del equinoccio de otoño,
miércoles 22 de septiembre; iniciaremos a las 2:30 de la tarde, para recibir la
entrada del Sol a Libra.
Pueden conectarse con nuestro
evento en vivo, a través de nuestra cuenta en Instagram: @gea_instituto.
Este evento es en homenaje a
Lucibel Pérez, quien reciente y premonitoriamente, nos habló de las pérdidas
como aprendizajes de la vida.
http://galeriapetrograph.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario